viernes, 6 de agosto de 2010

Recordando al Maestro


EL MAESTRO

El Maestro llego a este mundo el 30 de Septiembre de 1927.
Le apasionaba el olor a campo. Solía decir que pocas veces fue tan feliz como cuando caminaba descalzo por los potreros  o encerraba terneros a caballo.

Al Maestro le apasionaba  la Universidad , la esencia de la universidad.  La discusión permanente, el espíritu critico y la independencia  de criterio fueron características que marcaron su vida y  la de sus discípulos, que se cuentan por miles.

Al Maestro le apasionaba el reto intelectual. Aprender un idioma por el simple gusto de hacerlo solo,  hacer el proyecto perfecto, recordar la capitales del mundo y sus coordenadas geográficas con su método nemotécnico,  aunque frecuentemente no sabia encontrar sus llaves.

El Maestro fue tan poderoso que creó un mundo propio, en el que tuvo unos pocos invitados que no siempre entendieron que tan acogidos eran en ese universo.

El Maestro no era perfecto, como no lo era nadie a su alrededor, aunque algunas voces quieran sostener que su imperfección era mayor que la de sus amados.

El Maestro trabajó 40 años para sus alumnos, tratando de comunicarles la pasión y la rectitud que el consideraba debía tener cualquier estudiante. Mucho se esforzó por  que sus discípulos pudieran tener la cabeza en alto al hablar de su profesión.

El Maestro  mostró a sus hijos, con su ejemplo, el significado de las palabras coherencia, bondad y honestidad.

El Maestro se fue el 10 de agosto de 1996 y no me canso de admirarlo. Cada vez que piso un aula siento su mano en mi hombro, jamás he dado una clase solo.